miércoles, 26 de noviembre de 2008


              
    
MATERIALES:

*1 corcho
*4 clavos
*dos pedasos de pita
*5 cucharas de plastico o 4 laminas de plastico o metal
*1 llave de agua
    
                                  MANOS A LA OBRA

  1. Toma el corcho y pon en él, a cada lado, un clavito en el centro.
  2. En cada clavo amarra un pedazo de pita.
  3. Agrega ahora un segundo clavo al lado del primero.
  4. Coloca delicadamente en el corcho cuatro o cinco cucharas de plástico muy pequeñas o, en su defecto, láminas de plástico o metal.
  5. Amarra los dos cabos de pita a una regla. Ambos deben quedar del mismo largo.
  6. Pega luego esta regla a la llave de agua.
  7. Abre la llave: bajo el chorro, el corcho girará sobre sí mismo y subirá rápidamente hasta la llave de agua. Cierra la llave: el corcho descenderá.

ESTA ES LA ENERGIA DEL AGUA!

La fuerza del agua que cae provoca que el corcho se levante. Como con un yoyó, la rotación de la rueda-corcho hace que la cuerda se enrolle alrededor de los clavos. Cuando el hilo se enrolla, el conjunto asciende. (Con un solo clavo de cada lado, la cuerda se deslizaría en el clavo, sin enrollarse.) Al cortar el agua, el ascensor desciende debido a su peso.

A lo largo de la historia, los hombres han usado la energía del agua de diversas maneras. Por ejemplo, con los antiguos molinos. El agua corriente empujaba las aspas de la rueda, la cual movía enormes piedras que molían el grano.

En la actualidad, aprovechamos la energía del agua de muchas maneras. Por ejemplo, para generar electricidad. En las plantas hidroeléctricas, el agua fluye a través de una cañería y de ahí a una máquina llamada turbina. Una turbina tiene aspas, como un ventilador gigante. El agua empuja a las aspas, las cuales dan vueltas. La turbina rota y se conecta a un generador, el que produce electricidad. Luego la misma electricidad va a través de cables hasta tu casa.



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